Ilustración_Raquel Marín

Un año más, no queremos dejar pasar la oportunidad de celebrar la llegada de la primavera. Una fecha cargada de un simbolismo que hunde sus raíces en el tiempo a través de milenios de historia de todas las culturas del planeta y cuyo componente común es su poderoso nexo con la naturaleza. Si hace dos años plantábamos esta semilla que buscaba germinar y en la pasada os lanzábamos un mensaje de esperanza, recordando que toda la vida vuelveUn envoltorio de flores silvestres -que el ciclo se reinicia-, este año nos gustaría reivindicar el valor de lo realmente importante.

Las circunstancias que estamos viviendo nos han obligado a realizar un ejercicio de autoconocimiento, a replantearnos nuestro lugar en la historia, a repensar cómo nos relacionamos internamente, socialmente y con el propio entorno. Una labor que podía llevar toda una vida, nos ha tocado realizarla en solo un año. De todo ello podemos extraer muchísimas enseñanzas, aunque, quizá, una de las más trascendentes sea que debemos prestar más atención a lo verdaderamente importante. Una vuelta a lo primario, a las raíces, a los pilares básicos que conforman el sustento de lo que somos. Y ahí, perenne, siempre está la naturaleza que nos sitúa en nuestro sitio y nos recuerda que tiene sus propios ritmos y que somos nosotros los que debemos adaptarnos. Que debemos seguir escuchando y aprendiendo de cada uno de los paisajes en los que estamos.

Leza, Rioja Alavesa

Unos paisajes que hoy se llenan de color y que nos trasladan de manera especial hasta los pies de la Sierra de Toloño. Concretamente a Leza, corazón de la Rioja Alavesa, en nuestro último proyecto. Precisamente, la ilustración que acompaña esta publicación y con la cual queremos desearte una feliz primavera tiene su origen en esta bello pueblo. La ilustradora riojana Raquel Marín, autora de la obra, busca representar la llegada de la nueva estación a través de los primeros brotes y las flores que crecen silvestres en la localidad, tomando como referencia una de las cepas más antiguas del viñedo viejo que hoy nos pertenece pero que, no nos cansaremos de repetir, “no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos”.

¡Feliz primavera 2021 de parte de todo el equipo de Alma Carraovejas!