En Alma reivindicamos con determinación y honestidad el origen. Queremos preservar el patrimonio vitivinícola de cada proyecto, de cada entorno, de su cultura y de las personas que lo hacen posible. Buscamos expresar el carácter único y la singularidad de cada paisaje en el que trabajamos, reclamamos su protagonismo desde un enfoque sostenible, devolviendo lo que tomamos de cada terruño con el máximo respeto. Esta filosofía que mantenemos para proteger un legado excepcional nos lleva a tomar diferentes acciones fruto de nuestro compromiso con la lucha contra el cambio climático.
En marzo de 2020 Alma entra a formar parte de la asociación International Wineries for Climate Action, un grupo de trabajo colaborativo que reúne a bodegas de todo el mundo comprometidas con el medioambiente y decididas a adoptar un enfoque científico para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector vitivinícola.
Desde nuestro inicio como socios hemos ido progresando en diferentes certificaciones, consiguiendo primero la categoría SILVER, para finalmente lograr en 2022 el sello GOLD, la máxima distinción a la que se puede aspirar dentro de esta organización y que acabamos de renovar en este 2023.
Uno de los logros que implica este certificado es nuestra apuesta por la generación de energía renovable en las propias instalaciones. En el último año, el 25% de la energía consumida en los diferentes proyectos vitícolas proviene de la implantación de nuestras propias fuentes renovables: placas solares fotovoltaicas, calderas de biomasa, geotermia y aerotermia.
Además, dentro de nuestra apuesta por la acción climática también hemos logrado una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 10% por litro de vino desde nuestro año base como prueba de un compromiso proactivo continuo.
Asimismo, en Alma hacemos el cálculo de Huella de Carbono según la metodología ISO 14064 completando un inventario de emisiones de GEI teniendo en cuenta los alcances 1, 2 y 3 en nuestras bodegas de Pago de Carraovejas, Ossian Vides y Vinos, Milsetentayseis, Viña Meín – Emilio Rojo y Marañones, el cuál es verificado por terceros.
Desarrollo sostenible
El cambio climático va a condicionar la actividad de nuestro sector en los próximos años, suponiendo una amenaza directa para nosotros. Los fenómenos extremos, como las sequías o los incendios forestales son cada vez más frecuentes, siendo un peligro para las cosechas (y para las propias empresas). Por ello hemos empezado a actuar como una empresa implicada positivamente con el clima.
Nuestro objetivo dentro de esta asociación es compartir las mejores prácticas encaminadas a atenuar los efectos del cambio climático en la actividad de los viñedos y las bodegas, con el fin de poder trabajar de forma conjunta para descarbonizar el sector vitivinícola mundial mediante la aplicación de soluciones directas que eviten la adquisición de créditos de compensación de carbono.
Así, hemos puesto en marcha algunas medidas como la compra de energía eléctrica con garantías de origen de fuentes 100% renovables, reduciendo de este modo las emisiones de alcance 2 a 0.
También, estamos participando en un proyecto de I+D+i de economía circular, basado en la utilización de los residuos de la poda (sarmientos) con el fin de producir pasta de papel para la fabricación de cajas y etiquetas de botellas de vino. De este modo, minimizamos los residuos generados en el viñedo durante la época de poda, evitando su quema, así como las emisiones de CO2e asociadas a este proceso.
Recientemente, hemos comenzado a trabajar en la gestión sostenible del agua a través de un proyecto de innovación con el que pretendemos contribuir a la digitalización de los procesos del agua en la industria vitivinícola, para mejorar la eficiencia en el uso de este recurso.
Estas iniciativas se complementan con otras acciones que llevamos a cabo desde Alma como la implantación de un proyecto de absorción de CO2 mediante la plantación de especies autóctonas en nuestra finca, con el que hemos conseguido compensar la emisión de 13 t CO2e desde 2021.
Asimismo, como parte de IWCA, también estamos adheridos a la campaña mundial Race to Zero de la ONU, ya que nuestro objetivo final es llegar a ser Net Zero en 2050 a través del crecimiento responsable y sostenible.
Pequeños esfuerzos que nos permiten minimizar la huella en el entorno y dejar un legado de patrimonio natural que heredarán las generaciones futuras